lunes, 29 de mayo de 2017

Javier Valdez Cárdenas: Malayerba (La vida bajo el narco)

Año de publicación: 2009
Valoración: Muy necesario


Javier Valdez Cárdenas fue brutalmente asesinado el pasado 15 de mayo en Culiacán (Sinaloa, México), ciudad que le vio nacer allá por 1967. ¿El “motivo”? Pues, sencillamente, su labor como periodista, profesión tantas veces menospreciada y tantas veces maltratada, desde la cual denunció los estragos originados por el narcotráfico y el crimen organizado.

Una idea de la magnitud de la tragedia causada en Sinaloa por el crimen organizado la dan las siguientes cifras:

Sinaloa sumó cerca de mil doscientos homicidios en el 2008. Unas ochenta personas que no tenían qué ver con el narcotráfico cayeron abatidas por las balas. Cerca de 112 agentes de las policías Federal, Estatal y Municipal, y también efectivos militares, fueron asesinados en circunstancias similares.

Más allá de las fríos datos, hay dos componentes en la tragedia que quisiera destacar; por un lado, el ambiente de psicosis, terror y paranoia colectiva; por otro, la normalización de la violencia en la vida cotidiana, su aleatoriedad y su institucionalización. Es fundamentalmente contra este segundo componente contra el que van dirigidos los escritos de Valdez Cárdenas: contra la impunidad, contra el machismo, contra la corrupción política y policial, contra la complicidad del gobierno y la policía con narco, etc.

La forma elegida en esta ocasión es la del relato breve, de apenas 3 o 4 páginas. Unos 75 relatos de un nivel medio muy alto. Desgraciadamente, y más desde ese fatídico 15 de mayo, la principal virtud del libro no es su calidad literaria sino su capacidad para remover estómagos y despertar conciencias. Esto lo consigue poniendo en primer plano la omnipresencia de la violencia en sus diferentes formas, una violencia que atraviesa la vida de los seres que pueblan los relatos. 

Esos seres pueden ser niños que juegan a los balazos, a las camionetas y a los rifles de alto poder, niños que llevan en su inocencia el lenguaje de la muerte, jóvenes vírgenes entregadas al capo local de turno con el fin de intentar salir de la miseria, adolescentes con prisa por vivir y por tener dinero, hombres y mujeres adultos en busca de dinero fácil para una vida mejor, policías que se juegan la vida por cuatro pesos y se pasan al otro bando, etc. 

Estos son solo algunos ejemplos. Otros pueden ser aún más casuales, como un camarero que escucha una conversación que no tendría que haber oído, alguien que colisiona con la furgoneta de una panda de matones, alguien que saluda a quien no debe en el momento más inoportuno., etc.

En los relatos de “Malayerba”, en Culiacán, en Sinaloa, la violencia es aleatoria. La vida vale una mierda. O menos que una mierda. Vale lo que quiera el narco, el policía o el alcalde corrupto de turno. Pese a saberlo perfectamente, Valdez Cárdenas se atrevió a denunciarlo y le costó la vida, como les ocurre a algunos de los protagonistas de sus relatos.

A nosotros, como lectores, nos queda la obligación de acercarnos a sus escritos, de no ignorar la jodida realidad y de tratar de que su asesinato, como el de tantos otros, no quede impune.

6 comentarios:

Gabriel Diz dijo...

Koldo
Hay una buena novela que cuenta la problemática de la droga en México: El poder del perro.
Allí se cuenta la vinculación de los cárteles mexicanos con la estructura de inteligencia norteamericana. El problema del tráfico y la violencia en México es inseparable de su cercanía a los Estados Unidos.
Saludos

Koldo CF dijo...

Hola Gabriel!
Apuntada queda la novela.

Gracias por aportar (como siempre)

Montuenga dijo...

También le tengo muchas ganas a ese libro y lo hubiese leído hace tiempo si no fuese porque ya está reseñado.
Aquí:
http://unlibroaldia.blogspot.com.es/2010/01/don-winslow-el-poder-del-perro.html?m=1
Saludos a los dos

Sir Robin dijo...

Muy agudo Montuenga. A mí me ha hablado muy bien de este librode Don Wislow, un buen amigo y lector irrednto, pero igual el atacó a los relatos breves que se plantean en Malayerba ya que me son más fáciles de digerir por mi actual situación y escaso tiempo en que la lectura se me atora y además sirva como pequeño homenaje póstumo a su autor y colombroño de este mero servidor. Viva México libre de la opresión de los unos y los otros.

Francesc Bon dijo...

Pues Koldo, reacio que soy a leer libros que no puedo reseñar, pero disfrutando esta época dorada en que podemos permitirnos ese placer. Leído Malayerba y muy cabreado con que las circunstancias impidan un juicio sin tenerlas en cuenta. Relatos crudos y en algún punto un poco análogos en su estructura, pero por supuesto coincido en su absoluta necesidad para que nos demos cuenta de esa cruel impunidad que parece reinar para beneficiar a según quien y a cuenta de no sé qué.
En un país que, por cierto, es el segundo desde el que más somos leídos.

que enrique dijo...

hace como un mes mataron de dia y en la calle a este autor. D.E.P.