lunes, 16 de marzo de 2015

Aixa de la Cruz: Modelos animales

Idioma original: español
Año de publicación: 2015
Valoración: recomendable

No sé si he llegado a decir en alguna otra entrada (si no lo he dicho, lo he pensado) que no me gustan las críticas que insisten en la juventud del autor o autora, como diciendo de forma parternalista: "pues para ser joven, no escribe mal este chico (o chica)". Como si los escritores jóvenes jugasen en segunda división y hubiera que juzgarlos con otro baremo. Así que lo que voy a decir es esto: a pesar de ser joven, Aixa de la Cruz escribe como Aixa de la Cruz, y eso es algo muy notable a cualquier edad.

Con esto me refiero sobre todo a su estética de lo cruel y a su aproximación, a veces juguetona y otras despiadada, a la violencia que los seres humanos ejercemos los unos con los otros. Creo que el relato que mejor muestra esta atracción de la autora por la crueldad es el primero, titulado precisamente "Modelos animales". En él, la crueldad adquiere dos formas: la de los experimentos que la protagonista-narradora ejerce con su pobre gato (¡pobre gato!); y la que subyace en la relación entre la narradora y la actriz que está encarnando uno de sus textos en una compañía teatral canadiense, y que está (o eso cree ella por lo menos) mimetizando cada uno de sus gestos.

Otro relato que responde muy bien a las obsesiones de la autora es el último, "Abu Grahib", ya que, por lo que he podido leer, Aixa de la Cruz está escribiendo una tesis sobre la representación de la tortura en series de televisión americanas post-11 de septiembre. Y el relato trata, precisamente, de torturas, y de la forma en la que individual y socialmente reaccionamos ante ellas; y también, indirectamente, del papel de los creadores, artistas o como se les quiera llamar, en los engranajes de control global.

En otros relatos, sin embargo, tengo la sensación de que una estetización "tarantiniana" (me refiero al Tarantino de Kill Bill) de la violencia impide que se desarrollen otras posibilidades más perturbadoras. Es el caso, por ejemplo, de True Milk: la relación entre maternidad y vampirismo podía haber dado para escenarios de un terror (físico o psicológico) muy primario y muy profundo, pero el relato solo lo explora superficialmente, y se prefiere un juego metaliterario interesante pero que rompe el efecto de inmersión del lector. (Un efecto de distanciamiento parecido se produce, por lo menos en mi caso, en "Doble", porque la disposición del texto a doble columna hace difícil una lectura continuada del relato, o mejor dicho, los relatos paralelos).

Una cosa que me ha gustado, y que creo que también forma parte del "estilo Aixa de la Cruz", es que no renuncia a sus propias referencias vitales y culturales, en vez de sustituirlos, como hacen (hacemos) otros escritores por referentes más "cultos". Así, aunque el libro es muy cosmopolita -con relatos situados en Canadá, Inglaterra, Estados Unidos...-, varios de ellos se sitúan total o parcialmente en el Bilbao natal de la autora; pero no en el Bilbao cool y chic del Guggenheim y los gin-tonics con cebollino, sino el del Rock Radical Vasco, los litros de kalimotxo comprados en la charcutería de la esquina, el speed y la violencia terrorista de baja, mediana o alta intensidad.

Esto es más visible que nunca en "El cielo de Bilbao" (el título juega, sospecho, con El cielo de Lima, en que también se trata de identidades impostadas), en el que la dureza con la que unos mocosos se burlan de los pederastas y de los corazones solitarios que pululaban por el internet de los primeros chats, se puede leer en el contexto de insensibilización hacia la violencia del conflicto vasco, explícito en el relato, dejando abiertas relecturas muy interesantes.

Y en cambio (y esto a lo mejor puede parecer paradójico en vista de lo que he dicho hasta ahora), me da la impresión de que a veces sería necesario que Aixa de la Cruz escribiera un poco menos como Aixa de la Cruz, y un poco más como lo harían sus propios personajes, para que tengan no ya una personalidad -que eso casi todos la tienen- sino también una voz propia y diferenciable. Pongo un ejemplo concreto: en "Romperse", el protagonista, un vigoréxico bulímico, cita en un momento dado unos versos de Gabriel Aresti (Pensatzen dut nire izena / nire izana dela, / eta ez naizela ezer ezpada / nire izena); que Aixa de la Cruz conozca y cite a Gabriel Aresti es lógico; que lo haga un vigoréxico bulímico... ya no sé si tanto.

A pesar de estas pequeñas pegas no hay duda de que Modelos animales es un muy buen libro de relatos (y hay que agradecer otra vez a Salto de Página que apuesten por los relatos, cosa que pocas editoriales españolas hacen), aunque probablemente no será para todos los públicos: lo disfrutará más quien tenga su pequeño o grande lado morboso. Aunque en realidad, ¿quién no tiene su pequeño o grande lado morboso?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada, leía algo antes y no pude seguir. No me gusta nada

Huellas dijo...

Soy lectora habitual y huyo de los libros muy comerciales.
Es la primera vez que leo a Aixa de la Cruz y este libro me ha gustado especialmente por su originalidad, en este sentido destacaría el que está escrito a dos columnas, principalmente me lleva a dos percepciones de alguien que está y no está como es el caso de la protagonista, aunque al principio es confuso, luego deja pausas claras para seguir el paralelismo.
Respecto al lado salvaje, al que no estoy habituada, me ha resultado muy interesante, el primero, muy sorprendente, y si, pobre gato, quiero creer que es una fantasía pero está perfectamente encajado en el "modelo animal"
Es un libro que me han recomendado y que recomiendo sin lugar a dudas.

Saludos,

Ana

Ana dijo...

Lo acabo de terminar y me ha parecido un horror.