domingo, 26 de enero de 2014

Colaboración: El sol de la bohemia y sus satélites de Florencio Moreno Godino

Idioma original: Español  
Año de publicación: 1908  
Valoración: Está bien

Fue George Sand la primera que atestiguó la palabra "bohemia" con sentido artístico (La demière Aldini, 1837-1839), aunque el difusor fuera Henri Murger en la novela Scènes de la vie de bohème (1847-1849), cuyo éxito la convirtió en un manual de la vida bohemia y facilitó su adaptación a otros géneros, como la ópera (La Bohème). En España, hubo que esperar a 1864: en aquel año, el valenciano Enrique Pérez Escrich publicó El frac azul, en la que la vida bohemia asume el protagonismo argumental. La libertad, el arte y el idealismo frente al materialismo y el positivismo de la época.

Florencio Moreno Godino (1820-1907) fue bohemio destacado, de obra prolífica tanto en verso como en prosa, como dialogada, además de asiduo colaborador en prensa. Apodado por Eduardo Inza como “el murciélago alevoso”, Moreno era “ave” nocturna, frecuentador de cafés, tertulias y redacciones cuando la luna resplandecía en el cielo. Su libro, El último bohemio y otros satélites, que ahora edita la zaragozana STI Ediciones en espléndida edición de Pablo Delgado y que distribuye Ícaro, fue publicado en 1908 por Ibero-Americana como novela, aunque esté compuesta por una serie de episodios independientes, publicados antes como artículos en revistas (El Gato Negro y Pluma y Lápiz), con el único punto de unión de las andanzas de Pelayo del Castillo y sus amigos en el Madrid de mediados del s. XIX.

La novela, protagonizada por unos personajes sacados de la realidad que rodeaba cotidianamente al autor Moreno Godino, “pretende desmitificar el mundo edulcorado de la bohemia romántica murigana”, según Delgado, contándonos sin preciosismos y con la espontaneidad por bandera las desventuras de los bohemios “que llevaban la levadura de la bohemia en la masa de la sangre”, como el protagonista, presentado en el capítulo III y apodado el “sol de la bohemia”. Pelayo del Castillo y sus satélites son un retrato sin velos de la España decadente de la época, la de las proezas tabernarias y las leyendas báquicas, la de la perdición en cada vuelta de esquina, la de la rima asonante en la caja de fósforos, la del vaso de aguardiente en los labios y el bolsillo vacío, la de la miseria azotando las almas de los incautos.

Un protagonista el de esta novela egoísta desalmado, bárbaro manirroto, bebedor sin mesura, alérgico a la higiene, noctívago carente de corazón que utiliza cualquier adoquín a modo de colchón y que solo estrena ropa vieja. STI recupera con esta novela un pasaje de la historia de la sociedad española para deleite de los letraheridos, ya que la edición tiene visos de convertirse en canónica.

Firmado: Carlos Ferrer

1 comentario:

Delgado dijo...

Gracias por la crítica del libro, no quiero dejar de mencinar a José Nebot —de la Universidad Jaume I— por participar en esta edición con su interesante semblanza a propósito de Pelayo del Castillo que se incluye al final del libro.

Un cordial saludo.