jueves, 14 de marzo de 2013

Volker Wieprecht y Robert Skuppin: Errores populares de Berlín

Idioma original: alemán
Título original: Berliner populäre Irrtümer
Año de publicación: 2011
Valoración: está bien


Toda ciudad tiene sus leyendas particulares: que si un edificio está en un sitio porque así lo decidió el rey X, que si la calle Tal se llama así porque todos los que entraban en esa calle decían "Cual", etc... A pesar de que, en general, no solemos cuestionar tales historias, éstas no siempre son verídicas, pero podemos alegrarnos de que también la realidad, en ocasiones, sea más interesante (y mucho más sorprendente) que aquello que creíamos cierto.

Para echar abajo ciertos mitos y prejuicios, poner ciertas cosas en su sitio y, sobre todo, aprender un poco de historia, existen en Alemania varios libros que se dedican a aclarar todas estas cuestiones en diferentes regiones: tenemos el libro sobre Baviera, sobre Sajonia, sobre Renania, sobre la RDA... y, como no podía ser de otra manera, sobre Berlín.

Volker Wieprecht y Robert Skuppin (locutores de culto de la Radio Eins alemana) se han encargado de escribir este glosario en el que descubrimos si es cierto o no que la ciudad de Berlín recibe su nombre porque antiguamente había muchos osos (Bär, en alemán) en la zona o si es merecida la fama de que sus habitantes son menos amables que el resto de los alemanes. También nos enteramos de que la archiconocida hamburguesa y el Döner Kebap fueron inventados en esta ciudad, de si existieron (y, más importante, si todavía existen) estaciones de metro y tren fantasmas... y otras tantas curiosidades que nos ayudan a conocer mejor una ciudad de la que parece que conocemos mucho y, al final, resulta estar llena de misterios.

Lo bueno de este librito es que tiene una prosa ágil y se lee con rapidez, además de contar con innumerables anécdotas que nos hacen sonreír en más de una ocasión. Pero, como toda obra que condense una gran cantidad de datos (no siempre relacionados entre sí), es conveniente no leerlo de un tirón, sino dosificarlo y dedicarle tan sólo unos pocos minutos al día. Así nos enteramos poco a poco y sin aturullarnos de todos los secretos que esconde la capital alemana.

2 comentarios:

JeanP dijo...

Jajajajaja... Ya sabes, Izas, que suelen gustarme tus reseñas, pero de esta discrepo. Me río porque este libro me lo regalaron en el trabajo el año pasado con motivo de mi cumpleaños, y estoy esperando una "invitación adecuada" a una fiesta para poder endilgárselo a otro. Es decir, a alguien que me caiga mal.

Otro libro que me causó el mismo espanto, y del que, al final, pude deshacerme, fue uno que nos regalaron cuando nació nuestro hijo, titulado "Das Baby. Inbetriebnahme, Wartung und Instandhaltung". Una cosa decadente y horrible.

Jonan dijo...

Yo he oído que el fantqasma del Führer, vestido de bávaro y con gorrito tirolés, se aparece las noches de luna llena que caen en martes, y se le aparece al que haya bebido más de tres jarras de cerveza pilsener y un par de chupitos de schnapps de melocotón... El fantasma del Führer, por lo visto, le pide al desafortunado viandante un par de marcos (ahora un euro) para llamar por teléfono.¿Alguie`n me puede confirmar si esta leyenda es cierta? Porque voy a ir a Berlin en Semana Santa, y como se me aparezca el payo, me cago por la pata abajo....