domingo, 31 de marzo de 2013

Eduardo Galeano: Las venas abiertas de América Latina

Idioma original: español
Año de publicación: 1971
Valoración: muy recomendable

Esta es la reseña número 1492 de UnLibroAlDía.
Para cualquiera nacido o educado en el entorno hispanoparlante esta no es una cifra inocua. Es la fecha que cambia la historia de un continente.
Eduardo Galeano es un escritor mediático. Es un escritor que no deja a nadie indiferente, respecto al cual lo que unos consideren elegancia y contundencia otros lo considerarán narcisismo y pretensión. Lo que alguno considere información otro lo tildará de manipulación. Así de dividido tiene al público, y a él parece irle perfectamente. No negaré que, aunque mi pose es neutral, casi equilibrista, me admira como encaja esta situación con estoicismo. Ser el foco de admiraciones y odios descabellados por igual, es algo que pocos logran, aunque sí es cierto que el mundo de la literatura es proclive a este tipo de antagonismos.
Las venas abiertas de América Latina es, para empezar, un libro que todo el mundo debería leer. Si no le he otorgado un imprescindible es sólo porque, lector contumaz de ficción como soy, acostumbro a reservar esos calificativos para obras que aportan otro tipo de valores añadidos. Pero si hablamos de rigor, de referencias, de valentía en la exposición de hechos, de intención informativa hacia el lector, del estilo pulcro adecuado a este fin, creo que debo saltar por encima de ese Galeano de pose hierática y algo altiva, y reconocer su enorme valentía al publicar este libro en 1971. Un tratado histórico exponiendo una historia alternativa del continente, donde los conquistadores y los inversores y los colonizadores pasan, con muy pocas excepciones, a ser usurpadores, por adjudicarles un calificativo común, y, encima, usurpadores al precio que sea. Al de la coartada religiosa o cultural para camuflar expolio y genocidio en toda regla. Un libro que, en un mundo ideal ( o sea, en cualquiera que no sea el que vivimos) sería lectura obligada para comprender la historia de un continente, de unas naciones cuyas fronteras lo son por los caprichos y conveniencias de sus colonizadores. Galeano llena las páginas del libro de frías fechas y frías cifras (el primer capítulo se llama Ciento veinte millones de niños en el centro de la tormenta) cuya consecuencia resulta ser calentar al lector, un lector que rara vez puede sentirse indiferente hacia ese aluvión de datos, en un principio presentados como objetivos (aunque la historia que siempre se nos ha explicado oficialmente no parezca serlo mucho) y, a poco que se tenga cierto interés por la historia, corroborados por muchos de los hechos y circunstancias posteriores a su publicación. A los hechos podemos remitirnos. Cuántas poblaciones indígenas desaparecidas, cuántos idiomas precolombinos desaparecidos, cuántas riquezas trasladadas a las colonias. ¿Es eso un dato subjetivo?
Curioso que algún pasaje me trajera a la memoria al juez Holden de Meridiano de sangre. Por la impunidad de quien campa a sus anchas.
Galeano lo cuenta todo con el tono con que deben contarse estas cosas: sin alardeos estilísticos que las frivolicen, pero con estilo que las haga amenas y las aleje de la mera relación académica. Cada uno puede tener su propia opinión sobre Galeano el personaje. Los escritores no existen para gustarnos como personas. Pero este libro aporta una visión, incluso cuarenta años tras su publicación, con tantas diferencias y tan importantes respecto a las habitualmente mostradas, que su simple lectura, por pura curiosidad, contribuye a ampliar puntos de vista, a dudar de ciertas versiones.

12 comentarios:

Montuenga dijo...

Sí, yo le hubiera puesto un imprescindible. Por lo demás, totalmente de acuerdo.

Francesc Bon dijo...

Gracias!! ha andado cerca, pero soy más de ficción, qué vamos a hacerle.

J dijo...

A mí este libro me parece una peligrosa manipulación, porque es en exceso tendencioso. No soy una persona política, pero me molestan los libros polarizados, como este. Para muchas personas se transforma en su biblia y ese es un error. Lo hemos conversado con muchos colegas y aunque sirve para generar debate, no hay que tomárselo al pie de la letra. Por lo demás, no es ninguna valentía haberlo publicado en 1971, si buscas un poco encontrarás mucha literatura similar y mucho más seria (basta ver sus fuentes), recordemos que el fin de los 60 y principios de los 70 fueron años de gran convulsión social y de ideologías en diálogo constante

Francesc Bon dijo...

Gracias por el comentario, Juan. La historia comúnmente enseñada de América habla de evangelización y de cultura y de civilización. Eso hemos recibido bastantes generaciones. Galeano es uruguayo, y desde 1971 tanto su país como otros de la zona tuvieron gobiernos militares que le hubieran ajustado las cuentas con mucho gusto. Puede que no fuera el primero ni el que mejor lo hizo, pero por lo consultado, el libro tiene un carácter pionero en el planteamiento del tema. Saludos.

J dijo...

La verdad, puede ser una interesante entrada al tema para europeos y externos, no lo había pensado así. Yo soy chileno y acá tuvimos a Pinochet, así que sé como fueron estos temas y también sé que que la colonización de América fue más una carnicería y explotación justificada por la religión que otra cosa. Tienes un buen punto. Quizá lo que me molesta no es el libro en sí, sino la idealización de "Galeano-profeta", título que el ostenta con orgullo cuando nadie debiera ostentarlo. Bueno, un gran saludo y felicitaciones nuevamente por el blog y por permitir el diálogo!

Francesc Bon dijo...

Gracias de nuevo: ya apelo un poco en el texto a esa deriva mesiánica y algo de Prima Donna del escritor.

Cronos dijo...

"Muy recomendable", qué gracioso. Faltó añadir algo al epíteto: "...para encender una hoguera y asar unas castañas" (porque no se vayan a ofender si sugiero un uso un poco más, digamos, escatológico, como bien merecería cualquier libelo político de Galeano). Porque es eso, un panfleto sentimental y lleno de mentiras, para ensalzar el victimismo latinoamericano, para pretextar la mediocridad propia y achacársela a aquellos que sí progresaron.

Francesc Bon dijo...

Duras palabras, Krishna. Imposible saber qué mentiras hay entre tantos datos, pero al margen de la indudable carga ideológica, creo que Galeano intercala cuestiones reales. Dónde están los recursos, dónde acabaron los pobladores naturales de esas tierras.

Gavo dijo...

Para los que no idolatramos el "progreso" y el "desarrollo", ni vemos en esas palabras más que un par de mitos, este libro es buenísimo. No es por hacerse las víctimas, como dice Krishna, sino por tener algo que decir a nuestro favor frente al inmenso muro de la información oficial. Latinoamérica es un continente pisoteado, violado, dividido. Galeano escribió en ese libro un buen resumen, imprescindible para quien quiera argumentar su posición contraria a la desarrollista, moderna y europeizante.

Arango dijo...

Ya pasaron 500 años del etnocidio en nuestro querido continente, y por lo que leo en algunos, todavía persiste ese aire de superioridad racial, "no pudimos progresar y le echamos la culpa de eso a los demás", los indios no aprendimos nada del civilizado que nos trajo iluminación a nuestras vidas de ignorancia y nos inventamos una historia de asesinatos, violaciones, saqueos y abusos, claro, porque incivilizados pero con imaginación. Que tristeza de pensamiento.

Azael Garcia dijo...

Me encantaría que ''Krishna'' (?) indicara cual(es) son las mentiras que detectó en este libro...porque lanzarse a decir eso sin mas...,mira que es muy fácilon, y deja mucho que desasear, ¿eh? Suena como la rabieta de uno que apoya la conquista y no quiere oír reproches, y de eso no va esto.
''Mediocridad propia'', discurso de racista de medio pelo que se balancea de forma cobarde entre lo aceptable y el insulto moderado.

No he leído este libro de Galeano, me lo apunto. He leído algunos otros libros y ensayos acerca de este espinoso tema, recomiendo aquel del laureado caricaturista ''Rius'' ''500 años fregados pero cristianos''. Lo que yo noto en varios de estos textos, no es tanto un reproche a la conquista, mas bien un reclamo a ellos mismos, un reproche al Sudamericano y al latinoamericano en general, a conocer y reconocer lo que ocurrió, dejar de rendir culto a costumbres y formatos que les han traído ignorancia y problemas. No seguir metiéndose con los nativos. Una catarsis para la unión. Eso es muy respetable. O, ¿hay algo malo en conocer los hechos para no volver a repetirlos? mejor nos seguimos destazando entre nosotros, a que si.

Aitor dijo...

Nadie puede discutir que es un texto que ni oculta ni lo pretende la visión de Galeano sobre el tema. Es curioso que esto sirva a algunos como argumento casi único para descalificar su contenido. Mejor nos iría a todos si en vez de despreciar al contrario por el mero hecho de serlo. El contrario casi siempre enriquece aunque sea para reforzar el criterio personal de cada uno. Vamos que leer El Mundo y el País o la Trece y la Sexta por poner algunos ejemplos es algo perfectamente compatible. Dicho lo cual el libro,como mínimo, ayuda a comprender la historia de Latinoamérica y si peca de algo es de ser muy denso para aquellos que no somos especialistas. Imagino que los foribundos críticos de Galeano no ponen en duda ni una sola coma de cualquiera de tantos excelentes libros de los disidentes soviéticos. Yo sí, los considero magníficos y verosímiles pero no palabra de dios. La lectura enriquece si es de calidad y discutírsela al uruguayo es muy difícil. El libro me parece indispensable si quieres tener una opinión formada o, si lo tienes tan claro, al menos confrontarla. Mas tolerancia y menos trincheras, sobre todo en un blog literario. Saludos a todos.