martes, 11 de septiembre de 2012

Nick Flynn : Otra noche de mierda en esta puta ciudad

Título original : Another bullshit night in suck city
Idioma original : Inglés
Fecha de publicación : 2004
Valoración : recomendable

Resulta difícil enfrentarse a la lectura de un libro como éste. Cuando, a pesar de alguna referencia previa, las primeras páginas inducen a pensar si uno va a enfrentarse a una epopeya de exceso y desenfreno, como la de ciertos libros de Hunter S. Thompson o ciertos relatos de Irvine Welsh, por poner dos ejemplos dispares. No tarda uno en comprender que no es así. Que el centro del libro no es en ningún modo la narración de experiencias tóxicas una tras otra. El centro de esta dura narración es la exploración biográfica de la relación del autor con su padre. Una relación dispersa en lugar, duración e intensidad, y radicalmente marcada por la adicción al alcohol del padre, prolongada en el tiempo, que le arrastra constantemente hacia las simas del desarraigo y la miseria. Es en uno de esos episodios donde se produce el reencuentro: Flynn, Nick, trabaja en un centro de asistencia a personas sin hogar y su padre Flynn, Jonathan, es una de las personas que necesita asistencia. A partir de ese punto, y con profusión de flash-back, de capítulos casi oníricos, casi etílicos, Flynn, Nick, escribe sobre como fluyen sus existencias, distantes pero con más paralelismos de lo que uno parece. Muchas veces el autor menciona su edad y la que su padre, o su madre, suicida, tenían en determinados momentos cruciales de sus respectivas existencias. Y Flynn, Nick, también bebe y también se droga y pierde el mundo de vista. Flynn no usa en momento alguno esa pornografía ética en que tan fácilmente caen las historias de difíciles relaciones paterno-filiales (o la entera programación de Telecinco). Podríamos acusarle de cierta frialdad cuando él parece alcanzar como escritor la meta que su padre, aspirante, pretendiente, impostor o embaucador de escritor, como uno prefiera llamarle, no llega a alcanzar en su febril delirio. A diferencia de otros libros sobre relaciones entre padres e hijos (excelente Tiempo de vida, de Marcos Giralt, decepcionante La isla de Giani Stuparich), rara vez los sentimientos afloran en este libro: al menos de forma directa. Sí trasluce el dramatismo implícito a la dura situación de los indigentes y los desahuciados de las grandes ciudades. De la espiral de circunstancias que abocan a ello. Es una narración biográfica que fluctúa casi a la crónica social, con su catálogo de personajes y de situaciones que podrían parecernos grotescas, que nos lo parecen porque el autor usa ese sistema de capítulos sueltos desordenados cronológicamente, pero que sólo mantienen esa sensación unos breves minutos. No es tan difícil, un breve paseo por zonas degradadas de grandes ciudades, poner cara a algunos de ellos. Ahí está la dureza descarnada que hace recorrer las páginas: Flynn es preciso, variado, pasa del tono poético a una especie de escritura casi pop con facilidad. A la vez, uno no quiere darse un atracón excesivo de tanta sordidez y tanta desesperación. Duro, pero necesario.

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