domingo, 30 de septiembre de 2012

Érik Orsenna: El cartógrafo de Lisboa

Idioma original: francés
Título original: L'entreprise des Indes
Año de publicación: 2010
Valoración: recomendable

Desde que vivo en Lisboa, por motivos evidentes, tengo cierta debilidad por libros que contienen la palabra Lisboa en el título, como Tren nocturno a Lisboa o El invierno en Lisboa; y ahora esta. La verdad es que no sabía nada ni de la obra ni de su autor (Érik Orsenna, seudónimo de Érik Arnoult, un escritor y político bastante conocido en Francia, por lo que he descubierto después).

Leído el libro, se trata de una reconstrucción, entre histórica y fantástica, de los años previos al viaje de Cristóbal Colón a América, contado por su hermano, Bartolomé Colón, cartógrafo primero, navegante después, y gobernador por último, en el momento de iniciarse la novela. A través de un relato en flashback (Bartolomé cuenta su vida a dos clérigos, Fray Bartolomé de las Casas entre ellos), se reconstruye la vida de los dos hermanos, por separado y juntos, hasta que se embarcan con destino al continente americano.

Lo mejor, en mi opinión (aunque puede ser una deformación mía), es la reconstrucción histórica del Lisboa del siglo XV, con sus olores, sus oficios, sus personajes, su sobrecarga de maravillas llegadas de la ruta de las Indias... Hay una escena, por ejemplo, en la que se describe cómo los funcionarios reales no dan abasto para nombrar todas las plantas, animales y objetos que se descargan a diario en el puerto de Lisboa. Cualquier persona, incluso quien nunca haya vivido en Lisboa, se enamora de la ciudad junto con Bartolomé, y querría poder vivir en ella aunque fuera un día. (Por supuesto, la Lisboa del 1400 poco tiene que ver con la Lisboa actual, casi totalmente reconstruida después del terremoto de 1755).

Algo que me ha gustado menos, aunque sin que pueda decir directamente que sea un defecto, es la tendencia de Orsenna al collage: entre la narración de Bartolomé Colón se intercalan otras historias, anécdotas, leyendas, cuentos que pueden contribuir a formar el ambiente del relato, pero que también distraen y a veces dan una cierta sensación de estar de relleno.

Se trata, por tanto, de una novela histórica, pero no en el sentido habitual a lo Walter Scott: Orsenna renuncia a cualquier épica y solo reserva cierto romanticismo en el personaje de Colón, presentado aquí como un elegido, un Mesías autoproclamado. No es la novela definitiva sobre Cristóbal Colón, pero es una buena novela; y mejor todavía para los enamorados de Lisboa.

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