miércoles, 2 de septiembre de 2009

Aurora Luque: La siesta de Epicuro

Idioma original: español
Fecha de publicación: 2008
Valoración: intragable

Nos basta leer el título de este libro para adivinar por qué caminos va a llevarnos su autora. Luque, que ha traducido -entre otros- a los poeas eróticos griegos, despliega una serie de poemas que intentan combinar el clasicismo de esas traducciones con el lenguaje y las expresiones más actuales, pero, en mi opinión, le sale el tiro por la culata. José Luis García Martín dijo de este poemario: "Frivolidad desdramatizadora y magia hay en la poesía de Aurora Luque, luminosidad y misterio, carnalidad y bibliotecas", algo que yo, sinceramente, no veo por ningún lado.

Creo que los poemas son flojos, predecibles (como Anorexias, un canto a la enfermedad que no dice nada nuevo), vanos intentos de demostrar una modernidad que, al final, queda reducida a una consecución de versos llenos de referencias de lo más variadas que no aportan demasiado. Generación Nocilla, por ejemplo, termina con un "Al salir, ya escudados, esperaba el futuro,/ producto paralelo -qué ironía-/ de calorías huecas,/ indigesto y opaco,/ industrial y marrón". Pues vale.

Salvaría, eso sí, los treinta y tantos haikus que abren la tercera parte de este libro, especialmente los dedicados al deseo. Éstos sí merecen su lectura, sí muestran la profundidad y las imágenes que debía haber tenido el resto de los poemas y dejan al lector con ganas de querer leer más.

Pero es que, prestando atención al listado de dedicatorias y a los poemas que les corresponden, parece que la autora se ha preocupado más por escribir algo específico que se adapte a la persona a la que va dedicada el poema que por los versos en sí. Ver que este poemario había recibido el X Premio Internacional de Poesía Generación del 27, por desgracia, me había hecho esperar algo más. Una pena.

1 comentario:

Jaime dijo...

Desde luego, los versos que pones de muestra no son muy apetecibles.. En cuanto a lo de aprovechar el tema helenizante para hablar de "Anorexias" suena como esa obra de teatro de Woody Allen protagonizada por antiguos actores atenienses que se llaman Diabetes, Gastroenteritis y cosas así, jejeje.. Tu post me ha recordado que algún día tendremos que hablar del Proyecto Nocilla.